La irrupción de la noción de Performance como un ámbito de acción[1]:
Guillermo Molina Holmes[2]
"Y sin duda nuestro tiempo... prefiere la imagen a la cosa, la copia al original, la representación a la realidad, la apariencia al ser... lo que es 'sagrado' para él no es sino la ilusión, pero lo que es profano es la verdad”
FEUERBACH, prefacio a la segunda edición de La esencia del Cristianismo.
Sin duda en los albores de este nuevo milenio la noción de performance esta de moda. Se utiliza tanto para vender zapatillas - "Nike: high performance!" -, medir el desempeño optimo de una empresa, o para presentar un numero de danza en la TV del programa Rojo Fama Contra Fama. Hoy todo acto puede ser presentado como una performance, le da caché, modernidad, actualidad. Los actores que hacen teatro, las bailarinas que danzan, los deportistas que juegan, le llaman a sus actos performances. Esta claro que hoy en día la noción de performance como expresión ya no alude solamente al sentido de la expresión “artística” que denominaba a los efímeros eventos de “arte acción” como: events, happenings, body art, pánico, etc. El significado de la noción de performance la cual siempre a sido polisémica[3] – ha ampliado su ámbito de acción y se ha desbordado hacia el campo del sentido común, y de allí esta ha sido abordada por las ciencias sociales, en donde encuentra pertinencia en los estudios antropológicos, sociológicos, y psicológicos-sociales.
Ciertamente hoy la noción de performance se ha desbordado de su reducto de significación habitual; en la cual esta noción se ligaba indisolublemente a una forma de creación artística que alude a la acción corporal como un acto único, -efímero e irrepetible - como forma de romper con los cánones normativos del Arte docto, académico y estilizado. Los diversos antecedentes del fenómeno de la irrupción del arte performance los podemos encontrar en las fiestas Dadaístas[4], cabarets futuristas[5] (Elger;2004); y posteriormente con los festivales del movimiento Fluxus. Curiosamente las emergencias espontáneas de arte preformativo se han dado principalmente en los periodos de crisis socio-culturales del siglo XX, sobre todo en los contextos de guerras y post guerras, momentos en los cuales afloraron con fuerza estas expresiones artísticas, como formas simbólicas y evocativas de criticar el "sentido común" de un mundo convulsionado. La inspiración del arte performance nace de la experimentación espontánea y la búsqueda subconsciente e intuitiva de nuevas formas de expresión, en un intento enérgico de liberar la acción creadora. No es de extrañar que este tipo de actividades artísticas surgieran precisamente en torno a actividades informales, lúdicas y festivas en lugar de ser originadas en un contexto académico y formal. En cierta forma, la performance surge como una fuerza que se resiste a la normalización disciplinaria, experimentando con los desbordes de los estilos y los géneros canónicos. Estas formas de expresión insubordinadas implican una forma de hacer crítica política, filosófica, estética, social y cultural desde adentro; desde una forma más implícita intimista y vivencial, simbólica y reflexiva, en lugar de usar una forma mas explicita, estereotipada, o panfletaria.
Sin embargo se podría decir que con el paso del tiempo, el carácter experimental y rupturista de la performance se ha ido poco a poco "normalizando", como suele suceder con las expresiones contra-culturales y rebeldes, que luego son resignificadas e incorporadas al propio sistema (en este caso del Arte), encontrado un espacio dentro del arte académico institucional, a pesar de que hoy todavía esta forma de arte muestra un carácter no del todo "domesticado". Hoy no es insólito que tanto museos y galerías sean los espacios donde son exhibidas, registradas, catalogadas e inscritas, (siguiendo todos los protocolos de una presentación) como obras de arte performance. Ciertamente también lo efímero del acto performance presenciado, después es mitificado y dotado de un aura de trascendencia conceptual. Tampoco hoy es insólito que algunas carreras de arte incluyan la cátedra de performance en su malla curricular y se organicen talleres, clínicas, academias y festivales; lo cual abre una interrogante: - ¿Puede ser enseñada la performance como una disciplina normada? - queda abierta la pregunta - El problema quizás esta en la pretensión de institucionalización y normalización de una actividad que al parecer es intrínsicamente insubordinada a cualquier tipo de sujeción normativa. A pesar de esto, lo interesante es que la performance funciona como un espacio de creación y experimentación a partir de la transgresión, ampliando las fronteras del arte conceptual, integrando las más diversas expresiones del arte contemporáneo.
También es interesante interpretar el arte performance dentro de un contexto socio-cultural más amplio y complejo, como parte de este proceso postmoderno (o si se prefiere postcolonial) de crítica socio-cultural que busca nuevos referentes paradigmáticos, ante el desmoronamiento y la disolución de los metarelatos modernos que cohesionaban y delimitaban las fronteras de los saberes expertos y discliplinarios. La emergencia de la performance en el arte, se adelantó al surgimiento de nuevos espacios de integración transdisciplinaria para comprender la complejidad contemporánea, como una forma de hacer frente al pensamiento reduccionista y fragmentario propio del modernismo. La integralidad de las formas de expresión del arte performance, sobre todo su carácter de hacer comparecer - la presencia plena - en vivo, del artista de carne y hueso accionando en un tiempo y espacio "real" de los acontecimientos, restituyendo la co-presencia, inter-subjetiva entre espectadores y artista, para integrarlos en una sola experiencia mediante esta forma de co-participación en un espacio de interacción, puede lograr el efecto del despojo de los dispositivos de representación y de mediación codificada para acceder a una nueva experiencia fenomenológica y epistémica de un nuevo orden no-representativo. Este es el aspecto que mas rescato del arte performance sin ninguna duda.
El talón de Aquiles de la modernidad es la propia operación lógica de la representación; como un dispositivo de encubrimiento o sustitución del sujeto por su imagen o representación de sí mismo. La imagen como constructo epistémico cultural asentado sobre la base de los propios dispositivos estructurales de percepción (biológica), configurando procesos de codificación e interpretación representacional, ha sido la piedra angular del pensamiento occidental que hoy esta en crisis. En cierta forma la imagen mental (tanto visual como sensitiva en general) esta ligada indisolublemente con el concepto del logos de la tradición metafísica aristotélica; la cual fusiona esta imagen mental con una idea de correspondencia entre la razón y la esencia inmanente; y por lo tanto, es supuestamente accesible esta esencia a través del pensamiento y la imagen. Justamente en concordancia con esta línea Derrida critica el fonologocentrismo arraigado en la metafísica del pensamiento occidental. En tanto Foucault nota el surgimiento de una episteme[6] de la representación visual en el siglo XVII al analizar el cuadro" Las Meninas" de Velásquez. (Foucalut, 1984).
El interés transdisciplinario que despierta esta noción, en las ciencias sociales y las artes, se puede entender en gran medida por el proceso postmoderno de desborde de las parcelas de la hiper-especialización del conocimiento dentro de las disciplinas normales, y el proceso de erosión histórica del paradigma positivista-moderno que ya no puede otorgar una mirada sistémica y holística para comprender la complejidad de los fenómenos contemporáneos.
Actualmente dentro de esta irrupción de la noción de performance en el ámbito de las ciencias sociales; podemos identificar numerosos cruces entre diversos enfoques teóricos provenientes de las más diversas tradiciones disciplinarias como la sociología, la antropología, los estudios culturales, la lingüística y la critica literaria. Especialmente evocador para las ciencias sociales ha sido la noción de performatividad (o acto realizativo del habla) caracterizado por John L. Austin, a partir del estudio lingüístico-pragmático de los enunciados que se diferencian de los enunciados constatativos o meramente descriptivos al implicar la realización de un acto simultáneamente a la emisión del enunciado (Austin: 1990). Esta perspectiva abrió la posibilidad de estudiar las acciones sociales como actos preformativos; es decir como desempeños pragmáticos de acción. La performatividad como acción eficaz y mensurable sería - según F. Lyotard - una de las características más significativas de esta época postindustrial o postmoderna.(Lyotard; 1994).
Así surgen aproximaciones al campo de la performance desde vertientes semiológicas, pragmáticas, postestructurales, intertextuales, deconstructivas, teatrológicas, etnodramáticas. etc.; que ven en las expresiones sociales espontáneas, y sobretodo en las manifestaciones políticas actos preformativos, posibilitando estudiar la acción como si fuera una performance, que devela en su accionar y sus formas de expresión significaciones profundas de la cultura, las cuales pueden ser develadas a partir de un modelo adecuado de análisis e interpretación. Antecedentes de esta inquietud ya se pueden advertir en la escuela sociológica de Chicago, y en los estudios interaccionistas simbólicos, en donde la acción social, ya era un tema de estudio; sobretodo a partir de los estudios de Goffman y su metáfora del "Teatro" para referirse a la presentación publica del sujeto en la vida social. (Pozzoli: 1999)
Desde el teatro y su vinculación con la vida socio-cultural han surgido numerosas corrientes teóricas que incorporaron la noción de performance, como es el caso de la teatrología europea de los años sesenta, muy ligada a la semiótica del acto escénico y el análisis socio-antropológico. Dentro de esta línea podemos encontrar a Juan Villegas y sus estudios de la teatralidad social como acción cultural, y la obra del antropólogo Francés Jean Duvignaud en el campo del teatro en la sociedad. En México en la UNAM, durante los años ochentas podemos encontrar los trabajos de Gabriel Weisz y Oscar Zorrilla que proponen estudiar los actos preformativos sociales como etnodramas ligados a actividades lúdicas, asociadas con el rito y el juguete. A fines de la década de los 70 Richard Schechner desarrolla una teoría de la performance, ligando el teatro a sociedad, basándose en los trabajos antropológicos de Víctor Turner sobre el proceso ritual. (Prieto:2002).
Actualmente una línea de estudio se desarrolla en EEUU bajo el nombre de Performance Studies en torno al trabajo de Diana Taylor en la Universidad de Nueva York. Para Tylor las performances funcionan como actos vitales de transferencia de saber social y memoria, a través de acciones reiteradas. Como un sistema de traspaso de memoria histórica encarnada en el acto. Esta perspectiva le ha servido para estudiar la performatividad social de los movimientos de derechos humanos en Latinoamérica, como el caso de las madres de la plaza de mayo en Argentina. (Taylor:2001).
Posiblemente, la ambigüedad polisémica de la noción de performance y sus múltiples evocaciones, pueden ser una dificultad al momento de definir y conceptuar con precisión lo que entendemos por performance, sin embargo, a pesar de esta dificultad, quizás esta es al mismo tiempo una de las características más productivas de la performance, es que obliga a estar constantemente reflexionando en torno al campo de la ambivalencia y la relatividad de los estatutos conceptuales establecidos arbitrariamente y consensualmente en la practica socio-cultural.
Pero volviendo al campo del arte y la creación, el performero chicano Guillermo Gómez Peña dice:"…el arte performance es un "territorio" conceptual con clima caprichoso y fronteras cambiantes, un lugar donde la contradicción, la ambigüedad, y la paradoja no solo son toleradas, sino estimuladas" (…) "Aquí la tradición pesa menos, las reglas pueden romperse, las leyes y las estructuras están en constante cambio, y nadie le presta demasiada atención a las jerarquías o al poder institucional. "Aquí" no hay gobierno ni autoridad visible. "Aquí" el único contrato social que existe es nuestra voluntad para desafiar modelos y dogmas autoritarios".(Gómez-Peña: 2004).
¿Acaso la performance es una expresión artística totalmente libre, intuitiva, subconsciente e ilógica, que se escapa a la racionalización y el cálculo? o es la performance una nueva expresión de arte conceptual que "juega" con la transgresión de las normas?.
Creo que la performance atenta contra el orden establecido en la racionalidad y no contra la racionalidad en si. Creo que la performance es un proceso no exento de cálculo y racionalidad, sobre todo en las etapas de su planificación previa y su conceptualización posterior. Pero durante la realización del acto mismo la performance sacude la racionalidad inscrita en el imaginario colectivo, para cuestionar la autoridad fundante del "sentido común" que naturaliza y hace verosímil la realidad. La performance principalmente mediante la acción transgrede al propio lenguaje (como también lo hace la poética) en función de re-significar los sentidos alterando el orden lógico de las redes de relación simbólica, trastocando la significación habitual de los significados, al alterar las relaciones lógicas entre los significantes. La apelación al absurdo, la irracionalidad, el surrealismo, (la asociación libre), la apelación a la intuición y al instinto, implica primero una capacidad crítica de inducir reflexividad y auto-conciencia, de las distinciones que operan al momento de abstraer y figurar como opciones posibles de representación, inclusive de forma simultánea. Implica también un ejercicio de observación previa del entorno, y luego un distanciamiento analítico y reflexivo, para luego inducir una práctica performativa que desborda la propia conciencia a través de la acción; y esto tal vez la hace ser muy semejante a un trance chamánico que induce un éxtasis y un estado alterado de la conciencia. Otras culturas han utilizado otros procesos para escapar de sus propias epistemes culturales, induciendo trances extáticos y alteraciones de la conciencia mediante el consumo de alucinógenos, o trabajos psicofísicos ( hiperventilación, etc.) ; o también mediante la suspensión de la conciencia mediante técnicas de meditación.
En cierta forma es un proceso que parte por la conciencia reflexiva de si misma pero luego se permite "jugar" con la trasgresión de normas establecidas, para fundar la lógica significativa de su propia "jugada", ( hasta aquí podría haber racionalidad y calculo según la teoría del juego), pero luego se induce o se propicia la acción, y el acto libre en si mismo es realizativo e imprevisto, y por lo tanto posibilita trascender a los marcos cognitivos de la propia cultura (conciente e inconsciente). Pero luego se retorna y se interpretan la vivencias y las impresiones de la experiencia performativa (el marco lógico interpretativo y socializador) y estamos de vuelta en nuestra cultura materna.
La performance como arte de acción en definitiva- opera como una forma de comunicación no verbal, capaz de desprenderse de su propia episteme y por lo tanto es un medio privilegiado para despojarnos del logocentrismo y el paradigma de la representación de nuestra cultura occidental moderna.
Bibliografía:
Austin, John L. "Cómo hacer cosas con palabras"(1990), Edit. Paidós, Madrid, 3a ed; p 45-47.
Elger, Diezmar : "El Dadaísmo"(2004); Edit. Taschen , Bonn.
Foucault, Michel: Las Meninas en "Las palabras y las cosas"(1984), Edit. Siglo XXI, México, pp.13-25.
Gómez-Peña, Guillermo: "En defensa del arte del performance" (2004). http://hemi.nyu.edu/esp/whatsnew/EnDefensadelPerformance.html
Lyotard, Jean-Francois "La Condición Postmoderna" (1994); Edit. Cátedra, Madrid.
Pozzoli, Maria Teresa: "Una nueva epistemología a través del concepto de la interacción social" (1999); en Revista Castalia, N°1, pp 47-57.
Prieto, Antonio "En torno a los estudios del performance, la teatralidad y mas"; conferencia CRIM, Septiembre 2002.
Taylor, Diana "Hacia una definición de performance" (2001), disponible en http://www.crim.unam.mx/cultura/ponencias/PONPERFORMANCE/Taylor.html
[1] Reflexión a propósito de la Clínica Interuniversitaria arte enacción.
[2] Antropólogo Visual Universidad Bolivariana, y performer participante del colectivo Deformes; ecosistema@hotmail.com.
[3] De acuerdo a esta forma de pensar la noción de performance se comportaría en términos significativos como una imagen, pues para el connotado semiólogo Barthes, toda imagen es polisémica por que implica múltiples significados , los cuales provocan en el lector de la imagen una incertidumbre, una molestia al no encontrar un sentido preciso con respecto a la imagen misma. La polisemia entonces, - dice Barthes - aparece como una disfunción; una perturbación que obliga al lector a fijar la cadena flotante de significados, seleccionando solo los signos que le son reconocibles. Este es el momento en el cual entra en juego la función denominadora ( dentro del proceso de denotación ). Ver Barthes, Roland 1986 Retórica de la imagen. En “Lo obvio y lo obtuso”, pp 29-47, Ediciones Paidós Ibérica, Barcelona.
[4] A comienzos de 1916, Hugo Ball y Emmy Henning abren un café-cabaret en Zurich, donde surgió a la luz publica el nombre Dada en el prólogo de la revista Cabaret Voltaire(1916). Aquí nace el movimiento Dada con Tristan Tzara, Marcel y Georges Janco, Richard Hulsenbeck, Jean Arp, Heusse Hoosenlatz , Hugo Ball y Emmy Henning.
[5] Umberto Boccioni, Carlos Carrá, Luigi Russolo, Gino Severini, Giacomo Balla, Fillippo Tommaso Marinetti. Dentro del contexto del Manifiesto Técnico de la pintura Futurista (1910) realizan veladas futuristas en Milán, Roma, Nápoles y Turín, tituladas “himnos a la vida”, mezcla de cabaret y teatro de variedades. Manifestaciones anti-académicas en contra de lo solemne lo sagrado y lo serio.
[6] Michel Foucault entiende por episteme la configuración genealógica de una "estructura epistémica", que el define como un "conjunto de relaciones que existen en determinada época entre diversas ciencias" o "diversos discursos".